Communiqué de presse

Donación Darío Urzay

EL MUSEO GUGGENHEIM BILBAO RECIBE LA DONACIÓN DE UNA OBRA DE DARÍO URZAY

En una (Microverso II) fracción (1997), una de las pinturas más relevantes del pintor vasco, se suma a la Colección Propia del Museo, que cuenta ya 124 obras de 70 artistas

El Museo Guggenheim Bilbao incorpora a su Colección Propia En una (Microverso II) Fracción (1997), una de las obras más importantes de la carrera del destacado artista vasco Darío Urzay, en la que la instalación, la pintura y la fotografía se funden en perfecta armonía.

Con esta generosa donación del artista, el Museo completa la adquisición, que realizó en el año 1997 para su Colección Propia, de En una (Microverso I) fracción (1997), un trabajo que Darío Urzay describió en 1998 con las siguientes palabras: “La obra del Guggenheim a la que antes me he referido, de color azul y con ojos, de lejos parece una cosa galáctica, cósmica, pero el momento en el que te acercas, se transforma y ves algo parecido a unas venas. Es como un viaje de vértigo del micromundo al macromundo.” [Miren Eraso, “Darío Urzay en una fracción”, Zehar: Boletín de Arteleku, nº37, Donostia-San Sebastián, verano 1998]

Ambas obras fueron creadas al mismo tiempo y las obra que ha sido donada al Museo es el contrapunto cromático y visual de En una (Microverso I) fracción. En las dos piezas Urzay incluye superpuestos dos tipos de trazos, uno correspondiente a un gesto realizado con la cámara fotográfica y otro con la mano del pintor. El trazo realizado con la cámara no depende sólo de la acción del artista, como sucede con el pincel, sino que también depende de una tecnología parcialmente incontrolable o ajena.

A finales de los años noventa ésta era la evolución natural en el lenguaje de Darío Urzay, que abandona el gesto de la pintura vertida, derramada, mezclada con otros materiales como la cera o distribuida por un pincel mecánico, para ocultarla mediante el uso de resinas que confieren un acabado uniforme que esconde al espectador la mano del artista. En 1991, Urzay comienza su serie Camerastrokes, serie que el mismo define como fotografías que “[…] han sido realizadas imitando con la cámara el movimiento de la brocha de un pintor gestual del expresionismo abstracto, siendo la luz la ‘materia’ utilizada” [Darío Urzay, Camerastrokes, Photomuseum, Zarautz, 1994].

Los ojos que podemos contemplar en los paneles laterales de las dos obras fueron fotografiados con esta técnica, es decir, la imagen fija, tomada por la cámara, refleja la imagen de unos ojos parpadeantes que nos observan y que proceden de la pantalla de un televisor. Unos ojos que se fugan ante nuestra mirada y que capturan la luz de toda la obra, enmarcando las células y organismos que pueblan el rojo y el azul puro. Ojos que sólo percibimos cuando nos acercamos a ambas obras, ojos que en la lejanía parecen simples manchas de luz salpicadas por brochazos de color, de nuevo “un viaje de vértigo del micromundo al macromundo” [Miren Eraso, “Darío Urzay en una fracción”, Zehar: Boletín de Arteleku, nº37, Donostia-San Sebastián, verano 1998].

El dominante color azul de la obra adquirida por el Museo en 1997 guarda para el artista “una relación con lo cósmico, con el pensamiento”, mientras que el color rojo de la obra donada está relacionado con la sangre y con el interés que siente el artista por este fluido vital [Darío Urzay, “Afrontar lo múltiple: una conversación con Dario Urzay”, entrevista del escritor Eduardo Lago, para el catálogo de la exposición en la sala Rekalde, Bilbao, 2000]. Gracias al acabado brillante y semi especular de ambas, al acercarnos, entramos a formar parte de su microrganismo. Nuestro reflejo nos hace participes de las obras y nuestras percepciones se ven alteradas al adquirir un rol activo.

Esta donación complementa y enriquece la Colección del Museo Guggenheim Bilbao con una nueva obra de un artista vasco fundamental. Con ésta son ya dieciocho las donaciones que el Museo Guggenheim Bilbao ha recibido desde 1997. Al igual que el resto de donaciones, se trata de un trabajo de gran relevancia y calidad, y se ajusta a los ejes que configuran la Colección del Museo, que actualmente cuenta con 124 obras de 70 artistas.

Bilbao, 19 de abril de 2013

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